Calidad del soporte.
El soporte de hormigón debe ser compacto y poseer unas resistencias mínimas, tanto a compresión de 25 N/mm2, como a tracción de 1.5 N/mm2.
El soporte debe estar limpio, seco y libre de todo tipo de contaminantes, tales como aceites, grasas, revestimientos y tratamientos superficiales, etc.
En caso de duda, aplicar un área de prueba.
Preparación del soporte:
Los soportes de hormigón deben prepararse con medios mecánicos (lijado, granallado o escarificado) con el fin de eliminar la lechada superficial y obtener una superficie de poro abierto y texturada.
Las partes débiles del hormigón deberán ser eliminadas y deben descubrirse todos los posibles defectos que tenga el soporte.
Las reparaciones del soporte, el relleno de oquedades y la nivelación del soporte se llevarán a cabo con productos apropiados.
El soporte debe ser imprimado o nivelado para obtener una superficie compacta.
Las manchas grandes deben ser eliminadas mediante lijado.
Toda la suciedad, así como las partes sueltas o mal adheridas deben ser eliminadas antes de la aplicación, preferiblemente por barrido o por aspirado
Temperatura del soporte:
ínimo + 10 °C / Máximo + 30 °C
Temperatura ambiente:
Mínimo + 10 °C / Máximo + 30 °C
Humedad del soporte.
≤ 6% en peso
Medida con el método, medidor CM o método de secado al horno.
No debe existir humedad ascendente según la norma ASTM (lámina de polietileno)
Humedad relativa:
Máximo 75% h.r. Debe asegurarse una ventilación apropiada para eliminar el exceso de humedad durante el curado.